El reBranding de AeroMexico en el 2024 fue sin rumbo
Branding
26 sept 2024
Aeroméxico: El error de borrar la historia para vender "modernidad"
Desde mi punto de vista, lo que ha hecho Aeroméxico en 2024 no es una evolución, sino una amputación visual. Al analizar este cambio de imagen, uno no puede dejar de preguntarse en qué estaban pensando los directivos al aprobar una transformación que, en lugar de elevar la marca, la despoja de su alma.
Aquí mi desglose de por qué este rediseño se siente como un salto al vacío.
1. De un guerrero azteca a un origami confuso
Lo más imperdonable es la desaparición del Caballero Águila que era robusto e impactante. Ese emblema no era solo un dibujo; era un símbolo de jerarquía, historia y fuerza cultural.
Al eliminarlo, la marca ha cambiado un ícono poderoso por una abstracción que no dice nada. Mientras que antes veíamos un rostro firme y heroico, el nuevo logo parece una pieza de origami mal doblada o un puñado de hojas de espinaca al viento. Se siente frágil, volátil y carente de la autoridad que una aerolínea bandera debe proyectar. Han cambiado la solidez de la piedra tallada por la ligereza de un gráfico vectorial genérico que podrías encontrar en cualquier banco de imágenes.
2. Una estética de videojuego distópico
El diseño exterior de los aviones (livery) es donde la desconexión cultural se hace más evidente. Aeroméxico solía tener una presencia luminosa y distinguida.
Ahora, con esa combinación de azules profundos casi negros y acentos en rosa neón, los aviones parecen haber perdido su identidad nacional para adoptar una estética Cyberpunk o de ciencia ficción distópica. Ya no parecen naves que te llevarán a las cálidas playas de México o a sus ciudades coloniales; parecen vehículos de transporte de una corporación futurista y fría. Se siente ajeno, agresivo y curiosamente triste para una marca que debería celebrar la vitalidad latina.
3. Tripulación… otro punto en contra
La vestimenta es otro punto bajo. Los uniformes anteriores tenían un equilibrio: eran profesionales pero con un toque de encanto y calidez, ayudados por esos accesorios rojos distintivos.
Con el nuevo rediseño, esa cercanía se ha evaporado. Al quitar los elementos de color y apostar por cortes tan severos y oscuros, la tripulación ya no parece personal de servicio enfocado en la hospitalidad. Ahora dan la impresión de ser agentes de una empresa muy rígida listos para interrogarte. Se ha perdido la elegancia en favor de una dureza autoritaria que no invita a relajarse a bordo.
4. La obsesión por arreglar lo que no estaba roto
Mi conclusión final es que este rebranding es el clásico ejemplo de un departamento de marketing tratando de justificar su presupuesto.
Aeroméxico tenía una identidad visual envidiable: clara, histórica y elegante. En su afán por perseguir tendencias minimalistas y "humanas", terminaron creando algo paradójicamente robótico y sin carácter. Es un diseño que podría pertenecer a cualquier aerolínea nueva de bajo costo en Europa o Asia, y ese es precisamente el problema: al intentar ser globales, dejaron de ser mexicanos.
Es una pena ver cómo una marca con tanto legado decide voluntariamente diluirse en el mar de la irrelevancia gráfica.
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